SOMOS



Cristianos.
Sólo eso.
Llamados por el Maestro a seguirle.
Desde distintas comunidades cristianas.
Son Iglesias hermanas.
Separadas por lo accesorio.
Y unidas en el centro, como radios de rueda confluyentes.
Unidas en Jesús, el Cristo.
Con la voluntad y la necesidad de encontrarnos en El.
Porque creemos que la gloria del Padre es que sus hijos estén unidos.
Sabemos que sólo El tiene el poder de juntarnos olvidando lo que nos separa.
En Taizé ha sido posible. Aquí, ¿por qué no?

Quienes se apunten a este camino,
quienes queráis regar esta semilla
...pasad y sentaos.




lunes, 30 de diciembre de 2013

Encuentro de Estrasburgo

Os dejo el enlace a la página de Taizé donde están los vídeos de las oraciones que han tenido estos días. Mañana a las 19 horas podéis ver la última en directo.

EL ENCUENTRO EN LINEA



Y os dejo también las meditaciones del Hermano Alois de cada noche tras la oración.

MEDITACIONES DEL HERMANO ALOIS


miércoles, 25 de diciembre de 2013

Encuentro de Diciembre y Navidad

Este mes nos han visitado un grupo de unos ocho chavales de confirmación con su monitora. Como alguien dijo tras la oración, siempre es un soplo de aire fresco la espontaneidad y la sencillez de los más jóvenes. Algunos amigos suyos habían ido a Taizé y querían saber y experimentar algo de aquello. Igual les atosigamos un poco esa tarde queriéndoles animar con nuestras palabras. Nunca sabes cómo acertar.
A veces me planteo si las catequesis y las liturgias de los cristianos no están llenas y llenas de palabras. Deberíamos insistir sobre todo en experiencias, vivencias que expresen los valores o mensajes que se pierden entre tanta palabra. Quizá lo más importante sea "ven y verás". Ve a Taizé y juzga tú mismo.
¿Os acordáis de cómo os enganchó Jesús? ¿A que en la mayoría de los casos fue un momento fuerte que tuvisteis, una experiencia fundante que os cambió por dentro?
Mis experiencias más fuertes que me llevaron al seguimiento a Jesús las tuve en convivencias de confirmación o de grupos de referencia, o trabajando con los sin techo o en ratos de silencio al calor de una vela en los que escuchamos un susurro al oído que nos cambió el corazón.

En este Navidad queremos recuperar ese susurro, para no enfriarnos por dentro. Porque entre tanta tristeza, entre tanta gente sufriente y crucificada que nos rodea, entre tanta indignación por la injusticia de ricos que roban, de políticos sinvergüenzas, de la pérdida de nuestros derechos fundamentales o de nuestro trabajo, entre tanta pobreza que crece sin parar, a veces es difícil seguir rezando, confiar en Dios, o seguir esperando que algo puede cambiar. 

Y, sin embargo, ante esta realidad, se nos anuncia una Buena Noticia que puede llenar nuestro corazón y cambiar nuestras vidas: Que nos ha nacido Emmanuel, Dios con nosotros. Que Dios se nos convierte en Padre. Que Dios quiere vivir entre nosotros, ser uno de nosotros. Y para eso se nos da él mismo en Jesús.

Trato de centrarme para escribir este texto y es imposible. Está soplando un viento fuerte que ruge fuera, que hace estallar las ventanas y persianas y me asusta. Como si el Padre quisiera decirme las horas antes de la Noche Buena que este viento tiene que arrastrar nuestra tristeza por dentro, limpiar nuestros ojos de tanta ceguera y el corazón de tanto polvo que nos ha ido alejando de aquella alegría que sentimos cuando un día nos encontramos con los ojos de Jesús.
Hoy volvemos a toparnos con el tesoro escondido de un Dios que quiere nacer en un niño débil y vulnerable para que todos tengan sitio en Belén. En mi belén mi niño Jesús me lo ha dicho claramente porque este año ha salido de la caja con una pierna rota,


como diciéndome que quiere vivir nuestro sufrimiento con nosotros. En especial con los pequeños, los marginados, los excluidos por el sistema, los desfavorecidos por la vida, los que viven en los pesebres de la historia. Los que necesitan de verdad una buena noticia para sus vidas.
Pero también para los grandes, los favorecidos, los burgueses, los que no sienten necesidad de cambios porque ya lo tienen todo.
Cada uno sabe en qué grupo se encuentra pero sea como fuere Jesús nace para todos y por El, Dios vive en nosotros.
El se ha instalado ya en nuestro corazón. Ya no estamos solos. Por mal que vayan las cosas, por solo que te encuentres, por difícil que se presente la vida, Dios está contigo. No te ahorrará los problemas, no hará un milagro para evitar tu realidad, pero hoy Belén nos recuerda que, aunque los demás se hayan ido, El estará siempre ahí, contigo.






domingo, 15 de diciembre de 2013

IkeAdviento  (clik en el título)





martes, 10 de diciembre de 2013

Madiba, descansa en los brazos de Abba

Ha muerto uno de los mejores hombres de nuestro siglo.
Un hombre que dio su vida por la lucha contra la segregación racial.
Alguien que supo vivir el perdón para reconciliar a un pueblo entero.

Este es nuestro pequeño homenaje:






lunes, 9 de diciembre de 2013

¡Adviento!

Sí, ya sé que llego un poco tarde. Pero los últimos serán los primeros.
Os dejo este video introductorio. Otro día más cositas...


 




domingo, 1 de diciembre de 2013

Déjanos ver tu rostro

No hemos sido muchos este mes los que nos hemos juntado...pero eso no es importante. 
Con que sólo uno de los que acudan esa tarde encuentre luz en la oración, es suficiente.
Eleder nos prepara esta vez el encuentro con el Padre y nos explica que el mensaje que nos quiere transmitir es que Dios es amor y que eso es lo que alimenta su fe.
Para ello nos ofrece un precioso salmo, el evangelio de este domingo y un fragmento de la carta de Taizé  de 2012.
Reproduzco el salmo:

Señor del hombre y de la historia de los hombres,
que no me alcance el mal, que salga libre de la prueba;
sé tú mi refugio, el poder que actúa en mi debilidad,
y la fuerza que anima, paso a paso, mi flaqueza.

Tú me llevas en tus manos para que mi pié no tropiece;
tú guías mis pasos y haces llano mi sendero;
tú eres la luz que abre camino a mis noches:
contigo mi pobre corazón se mantiene entero.

Yo me abrazo a ti, señor, Dios mío: ¡Líbrame!
Tú conoces mi debilidad: ¡Ponme en tierra firme!
Permanece siempre a mi lado: ¡No me abandones!
Que tu salvación, Señor, sea fuerza que me anime.

A la sombra de tus alas, pongo mi vida, Señor.
Bajo la bondad y firmeza de tu ternura me cobijo.
Guárdame, defiéndeme, sé fuerte a mi lado,
que a pesar de todo, Señor, quiero ser siempre hijo tuyo.


Mientras unos caminan firmes en la fe, otros pasan por momentos oscuros. Son momentos en los que experimentas sólo tu debilidad, tu lejanía de la casa del Padre, tu sequedad interior, momentos en los que sólo queda rezar como en el salmo: Señor, sé tu mi refugio en mi debilidad, la fuerza que me anima, la luz de mis noches. ¡No me abandones! ¡Déjame ver tu rostro!

Pero es entonces cuando no podemos olvidar que el Padre nos quiere con locura, que cuando sólo vemos unas huellas en el camino es que El nos está llevando en brazos, que tiene su corazón lleno de nombres y uno de ellos es el nuestro.

Por eso seguimos buscándole. Creo que en épocas de desierto lo importante es no pararse y seguir caminando, aunque sea con paso cansado. Y seguir hambreando su rostro y su abrazo.
Y decirle como San Agustín:

Me llamaste, me gritaste e irrumpiste a través de mi sordera.
Brillaste, resplandeciste y acabaste con mi ceguera.
Te hiciste todo fragancia, y yo aspiré y suspiré por ti.

Te saboreé, y ahora tengo hambre y sed de ti.
Me tocaste, y ahora deseo tu abrazo ardientemente.




Os dejo con una versión moderna del salmo:


(La Agenda la tenéis actualizada)

domingo, 3 de noviembre de 2013

Descansamos en Ti

Comenzamos la primera oración del curso, quizá con muchos (o no tantos) proyectos a la espalda, que ya hemos ido poniendo en marcha durante las últimas semanas. En realidad, esta primera oración del curso no es el inicio de nada, ¿o quizá si?... ¿y por qué no?... 

Los textos que oramos nos invitan a hacer un alto en el camino, a ponernos cómodos, a ir a un lugar tranquilo y… descansar, conscientes de esa presencia de Dios que nos habita.


En un día de “fiesta” o descanso como hoy, 25 de Octubre, parece sencillo aminorar el ritmo, sin embargo nos encontramos con bastantes obstáculos. El salmo nos hace caer en la cuenta de ello, haciéndonos recordar el ritmo diario, las prisas y agobios, las responsabilidades, aquello que estamos intentando cambiar y a veces nos supera, esa necesidad de sentirnos unificados en todo lo que somos….

No obstante, aquí estamos esta tarde, y escuchamos como dicho personalmente a cada uno cómo Dios nos llama amigos, pues quiere darse y bendecirnos sin medida. Nos invita a no preocuparnos, sino a buscar su Reino y su justicia. 
Una vez más, Dios parece no cansarse de llamarnos a estar con Él, y a través de su escucha y su encuentro, invitarnos a salir de nosotros mismos continuamente.

Un tiempo, este rato de oración, para descansar acompañados y volver a sentir la urgencia de salir, de comenzar, con esperanza renovada, abrazados por la comunidad, y especialmente, agradecidos por el privilegio de este ápice de fe.
                                                                                                                             María                                         


Y un ratito para vuestra oración ahora...

 
 

martes, 15 de octubre de 2013

SE ACERCA EL DÏA....

Hola a todos los amigos de Taizé:
Queda poco para empezar un nuevo curso y volver a encontrarnos todos los que en el espíritu de Taizé encontramos la semilla de la reconciliación entre los cristianos.
Ya hemos puesto fechas. Sacad la agenda y haced hueco para estos días:
25 Octubre
29 Noviembre
20 Diciembre (por si alguien se va de vacaciones después)
31 Enero
28 Febrero
28 Marzo (viernes de la semana de Pascua)
25 Abril
30 Mayo
27 Junio
Lugar:  Parroquia de San Francisco Javier, en la capilla del último piso, a las 20.15, con máxima puntualidad para no molestar a los que ya están orando.
Nos hemos reunido el grupo dinamizador y hemos hablado sobre una serie de cosas para mejorar este curso. Sólo os apunto un par de ellas:
*Nos parece que el rato antes del comienzo de la oración, es bueno que ya se haya creado ese clima de recogimiento y de silencio en el oratorio, y que no se estropee con el jaleo generado por la llegada de la gente.
Quienes vayan llegando, si quieren estar saludándose y charlando, procuraremos que lo hagan en la calle antes de subir.

*Pensamos que el tiempo posterior a la oración, en el que solemos hacer una ronda para conocer a la gente que ha venido, es bueno mantenerlo para irnos conociendo todos y enriquecernos con las experiencias de cada uno.

*Si alguien ha estado en Taizé, conoce los cantos y toca algún instrumento de viento o cuerda, le esperamos con los brazos abiertos.

Esperamos, por último, que se sigan sumando nuestros amigos y hermanos evangélicos y anglicanos, porque creemos importante ser un grupo ecuménico. Sabemos que algunos lo tienen algo más complicado pero os seguimos esperando y quizá podamos ver también caras nuevas de vuestra comunidad y de otras comunidades cristianas.


Bienvenidos a todos los que queráis pasar por allí, en las fechas señaladas.


Juntos... queremos seguir alabando a Dios.



 Hasta el viernes que quieras !!!!!!!!!!!



martes, 2 de julio de 2013

Fin de curso

Nos juntamos sólo diez pero estuvimos muy a gusto. Los grupos pequeños siempre ayudan  en la oración y en el compartir. Preparaba un servidor y quise cambiar esta vez un par de cosillas: No cantamos esa tarde, sólo escuchamos los cantos para introducir alguno menos conocido que es más difícil con guitarra. Y la oración compartida fue sólo de gracias ya que estábamos a final de curso.
La oración la tenéis colgada en el archivo de oraciones para el que no pudo venir.
El evangelio era la parábola del hijo pródigo, muy conocida y no por ello menos emotiva cada vez que la leemos.
No os voy a aburrir con mis comentarios. Sólo os transcribo una oración de Patxi Loidi, de un libro antiguo con el que yo crecí en mi fe. En ella se resume lo que hoy me provoca este pasaje.

¿Qué me dirás Dios mío,
cuando llegue a tu presencia
y me encuentre frente a Ti?

“Animo, hijo,
te has portado”.

Yo me quedaré mudo,
porque llevaba preparada una explicación.

Tú me tomarás de la mano
Y me enseñarás tu casa con todo detalle.
Casi no te atreverás a decir palabra.
Solamente, como de pasada, me dirás:
“Ya tenía ganas de verte aquí, con nosotros”.

 Yo te miraré al rostro asombrado
y veré que te brillan los ojos
y que luchas para que no te caiga ninguna lágrima.

Y mis explicaciones e historias
se me irán de la cabeza todas.
Y mis fallos quedarán sepultados para siempre
en el baúl vacío de los recuerdos muertos.

Y empezaré a entender que eres gratuito.
Empezaré a entender, por fin, la parábola del hijo pródigo.
Y se me quedará clavada en el corazón
una palabra eterna
que la estás diciendo desde ahora
“Hijo”.

 Y sentiré por primera vez
una alegría no pasajera.

 
Después de oír la parábola del evangelio y de mirarnos al corazón, sólo podemos...
...agradecer humildemente.

Y al final de la oración estuvimos un rato de tertulia. Hablamos sobre el próximo curso, el número de personas que asistimos y la posibilidad de que la capilla se quede pequeña en algún momento. La casi totalidad de los que fuimos estábamos de acuerdo en seguir en el mismo sitio porque el ambiente que se consigue en esta capilla no se da en otras. La idea es empezar y si vemos que no cabemos ya se replanteará el tema.
Pues nada, que llevéis el Espíritu de Jesús allá donde estéis estas vacaciones.
Y nos vamos con este video:

 
 

sábado, 22 de junio de 2013

VIAJAR EN VERANO EN TAIZE

Para aquellos que se estén planteando ir este verano a Taizé y lo quieran hacer en algún grupo organizado, os dejo la página donde podéis encontrar información y un teléfono de contacto del grupo.
http://www.taize.fr/es_article10120.HTML

 
 
 

domingo, 2 de junio de 2013

Escuchando

Este mes hemos cambiado de sitio porque esperábamos mayor afluencia de gente. Lo hemos hecho en Arrupe Etxea gracias a Xabier Zabalo y a su comunidad que nos han acogido esta vez allí y gracias a María que preparó el encuentro.
Participamos un grupo numeroso, parte del cual lo formaban jóvenes de Bizkaia que este verano se animan a ir a Taizé.
Como el mes pasado, tuvimos "música de fondo" porque coincidimos con una fiesta africana en el salón de Arrupe y se oía algo la música. Hay algunos que tienen problemas con el excesivo silencio en las oraciones. Y otros tenemos problemas con los ruidos externos que desconcentran y dificultan la meditación.
Como ya he propuesto más veces, creo que sería bueno poner música lenta, suave, no conocida, para ciertos momentos (el silencio central tras el evangelio, la oración compartida), porque los mejoran.
Y es que no es fácil hacer escucha cuando venimos del ruido de la vida, no es fácil parar el motor interno que sigue girando por inercia para quedarnos en silencio escuchando palabras que nos acercan a la luz o Buenas Noticias de Jesús. Y conseguirlo en 10-15 minutos es a veces complicado.
Naturalmente no hablo de una oración llena de nuestras palabras porque eso es bastante sencillo. Hablo de escuchar, sí, eso que se nos da tan mal. No sólo en nuestra oración sino en nuestras relaciones personales.

Cada día percibo más que a la mayoría de la gente no le gusta escuchar, se cansa enseguida de oír a su interlocutor, le interrumpe para meter baza y habla y habla de sí mismo sin parar. “Pues yo, ...Pues yo...Pues a mí....”  Por educación, aguantas como un campeón toda la retahíla de palabras hasta que parece terminar, pero he de confesar que me cuesta la relación con este tipo de personas.

Me gusta escuchar distintos puntos de vista, me gusta saber lo que hay en el corazón de la otra persona para entender sus actitudes, me siento honrado cuando alguien confía en mí y me expresa lo que siente. Pero no hablamos ahora de quien necesita hablar de su dolor o su felicidad y un día obviamente se desahoga largamente, sino de aquél que le gusta autoescucharse o de aquél que le gusta ser el centro de atención de cada tertulia, quizá porque en su vida no se sintió escuchado.

Pues es así también en la oración. Dime como te relacionas con los otros y te diré cómo lo haces con tu Dios.
En general nos cuesta mucho la escucha en la oración. Hablamos y hablamos nosotros. Pedimos, damos gracias...Llenamos los silencios con nuestras palabras, porque nos cuesta tanto escuchar...!
Muchas veces en nuestras celebraciones la Palabra apenas tiene un rato después para hacer escucha, para dejarnos susurrar por nuestro Padre al corazón. Porque esto requiere tiempo, requiere rumiar la Palabra, detenerse en la frase de la lectura que me ha tocado o en el gesto que he encontrado en la vida, para dejar que mi Dios me hable por medio de ellos.

Y sin silencio, y sin escucha, la oración estará cargada de palabras, palabras que ya conoce el Padre porque conoce nuestro corazón, y que, aunque es bueno expresar alguna, sustituyen muchas veces a la escucha.

Este viernes hemos leído la historia de Zaqueo que no podía ver a Jesús a causa de la multitud, porque era pequeño de estatura. Zaqueo quería escuchar a Jesús pero su historia le había hecho pequeño. Nuestra historia, nuestras relaciones, nuestro ocio, lo que leemos, la cadena de TV que vemos, nuestro dinero, nuestro consumo,...nos van empequeñeciendo poco a poco, hasta que ya sólo nuestra estatura nos impide ver los ojos del Señor y los signos del Reino.

Otras veces es la multitud la que no nos deja ver, son los otros los que nos alejan del camino.  En una sociedad cada vez más secularizada, en la que a nivel laboral está mal visto ser cristiano, en la que nuestros hijos apenas pueden luchar para conservar sus valores en medio de sus amigos, en la que los testimonios de los jerarcas de la Iglesia católica piramidal son demasiado a menudo antitestimonios...en esta sociedad en la que vamos contracorriente, no es fácil seguir a Jesús.

Somos Zaqueos en busca de unos ojos en los que asomarnos y que nos comprendan sin juzgarnos, buscando una palabra nueva que nos restaure y nos anime a empezar de nuevo.
Por eso te cantamos....

martes, 28 de mayo de 2013

"Venid a mí los que estáis cansados y agobiados..."

Me ha emocionado de verdad.
Sobran las palabras después de verlo.
Sólo quédate en silencio y déjate abrazar por El.


 
 

martes, 30 de abril de 2013

Al partir el pan

Sólo podemos dar gracias al Padre por este grupo que se junta cada viernes al calor de la Palabra y al estilo de Taizé. Un grupo sin objetivos, con la simple pretensión de juntar a unos cristianos de distintas confesiones que han decidido superar prejuicios del pasado y reunirse en torno al mismo Jesús.
Hoy la capilla se ha llenado. Nuevas caras, de grupos y espiritualidades distintas, de un amplio rango de edades, esta vez más elevada, pero con la misma fe en Aquél que nos convoca allí cada viernes.
Nos preparó la oración Amaia, que se estrenaba en esta tarea y lo hizo muy bien. Eligió un texto precioso de Emma Martinez Ocaña, que podéis leer en el archivo de oraciones, junto con el evangelio de Emaús.

Compartí mi oración fijándome en el momento clave para mí de la historia que se relata: el momento en que reconocen a Jesús al partir el pan. A menudo leemos esta página clave del evangelio poniendo el acento en otras escenas del pasaje: a veces caminamos desencantados, Jesús nos sale al encuentro, relee nuestra historia con sus ojos, le pedimos que se quede en nuestras noches,...
Pero esa tarde no podía apartar mi mente de esa frase: "...tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron".

Fue en ese momento y no en otro cuando le reconocieron. Fue al partir y repartir el pan. Es entonces cuando experimentan vivo a Jesús.
Este relato está inseparablemente unido al relato del juicio final (Mt 25, 35-40).

Además, reconocer a Jesús al partir el pan es reconocerlo en la mesa compartida a la que todos están invitados.
Y entender las comidas de Jesús es, llegados a este punto, importante para seguir adelante.

En el tiempo de Jesús un buen judío era:
-El varón adulto………no lo son las mujeres, los niños, las prostitutas.
-El puro de raza…….no lo son los romanos, los samaritanos, cualquier extranjero.
-El puro de cuerpo……no lo son los ciegos, los leprosos, los paralíticos, los endemoniados.
-El que conoce y cumple la ley (613 preceptos)…….no lo son los publicanos, los pecadores, los analfabetos, los paganos, las prostitutas.

Pero Jesús habla con la samaritana, se deja tocar por una prostituta, come con publicanos, cura a enfermos,….exponiéndose a la impureza. Llevaba mujeres en su seguimiento, les imponía las manos a los niños,… Jesús se mueve en los márgenes con los marginados por el sistema.


Es igual en sus comidas. Con Leví, recaudador de impuestos. Con Zaqueo, jefe de recaudadores. Y otros no descritos pero sí reconocidos en Lc 7,34 o Mc 2,16: Jesús come con personas con las que un buen judío no puede compartir mesa.

Pero la mesa de Jesús es una mesa de inclusión en la que nadie es mejor que nadie, en la que nadie está excluído por su condición sexual, ni por su etnia, ni por su religión, ni por su cumplimiento de la ley, ni por su pasado, ni por sus pecados...



La mesa que quiere Jesús es la mesa que sueña para el Reino (Lc 14, 16) donde aquellos que viven en los márgenes de los caminos son los que ocupan los primeros puestos.

Y es entonces, en ese pan compartido en las mesas de inclusión donde se hace presente Jesús. Es al partir el pan con aquelllos a los que se le niega el pan o la palabra o la vida, cuando Jesús se hace presente. Mucho más que en los misticismos verticales, si es que ellos no nos lanzan a los pesebres de nuestra historia para adorarle en espíritu y en verdad.



sábado, 20 de abril de 2013

Nuevo hermano en Taizé del País Vasco


El hermano Alois en su meditación del sábado por la tarde, habló sobre el compromiso para toda la vida de un hermano del País Vasco.


viernes, 19 de abril de 2013

Jesús vive !!!!

PASCUA CRISTIANA   (por Joxe Arregi)


Pascua significa "paso", el paso de la vida a la Vida.
Como otras sociedades de agricultores y pastores, los antiguos hebreos celebraban la primera luna llena de primavera: los agricultores comían pan nuevo sin levadura; los pastores, carne de los primeros corderos. La vida revivía, y había que agradecerla. La vida es inmortal, sí, pero frágil, y hay que cuidarla. Eso es la Pascua.

Muchos siglos después, los hebreos añadieron a su fiesta un sentido histórico: el recuerdo de sus antepasados que, guiados por Moisés, se libraron del yugo del faraón. Un Ángel Liberador pasó por las puertas de sus míseros hogares, marcándolas con el signo de la vida y de la libertad. Atravesaron el Mar Rojo y caminaron por el desierto en la esperanza de una tierra que mana leche y miel. Eso es la Pascua: la memoria de la liberación y la esperanza en camino hacia una nueva tierra todavía por alcanzar.

Vino Jesús de Nazaret y su vida fue toda entera pascual, pues pasó la vida haciendo el bien. Liberó a los oprimidos, curó a los heridos, compartió la mesa con justos y pecadores, fue hermano de todos. Encarnó a Dios, pues Dios es el nombre de la Compasión rebelde, solidaria y sanadora en el corazón de la vida. Por eso le mataron. No murió por decreto divino, ni para "expiar" ante Dios las culpas de la humanidad, sino porque pasó la vida liberando la vida y curándola.

Muchos habían visto en él al profeta de los últimos tiempos, el amanecer de un mundo transfigurado, y le habían seguido por los caminos de Galilea, atestados de mendigos y de enfermos. La muerte en cruz de Jesús golpeó la fe de sus seguidores, pero no la destruyó. María de Magdala, Pedro y muchos más proclamaron que Jesús estaba vivo, pues la vida que se da no puede morir en la tumba. La bondad feliz resucita en Dios, es Dios mismo: el Corazón glorioso de la Vida. Y eso es la Pascua: la victoria del bien, aunque solo sea una semilla o un trocito de levadura.

Luego la teología complicó inútilmente lo que es tan simple y real, tan universal como el bien y la vida. Pusieron el acento en cosas que no habían tenido importancia alguna ni para Jesús ni para sus primeras discípulas y discípulos. Entendieron la resurrección como un hecho histórico y físico sucedido en Jesús por primera y única vez: la súbita desaparición del cuerpo, el sepulcro vacío, la reanimación del cadáver en el más allá, las apariciones físicas solo a unos cuantos... La Pascua pasó a ser un hecho singular del pasado. La fe pascual consistió en "creer que" Jesús resucitó físicamente de la tumba y que sus discípulos lo vieron y comieron con él pan y pescado.

Pero la Pascua no es eso. No es ése el corazón del mensaje ni de la fe pascual. No fueron un sepulcro vacío o unas apariciones físicas las que llevaron a María de Magdala y a Juan, a Pedro y Pablo y tantas y tantos otros a confesar que Jesús vive. Fue la memoria sanada la que trocó las lágrimas en amor más despojado y más fuerte, el desengaño en esperanza contra toda esperanza. Fueron los ojos del corazón los que lo reconocieron presente en el caminante, en el huésped, en el pan compartido.

Así nació la fe pascual, y sigue naciendo en nosotros cada primavera y cada día. "Santo y feliz Jesucristo" cantaron los primeros cristianos, y aún seguimos cantando, pues en él reconocemos la vida que merece la pena, la vida buena y feliz, la vida humana y divina. Y humildemente seguimos diciendo, a pesar de todo: "El Crucificado vive. Su bondad samaritana vive. Su profecía valiente y arriesgada sigue vigente a pesar de la cruz sangrienta y de la tumba cerrada. Dios vive. Dios es la Bondad poderosa y creadora, como un permanente Big Bang, como un infinito corazón palpitante. Dios es el nombre del poder de la ternura. En él vive el Crucificado, y todas las criaturas crucificadas. La Vida no muere, todos los sepulcros están vacíos, la Compasión es más fuerte que todas las cruces".

Feliz Pascua, pues, amiga, amigo. Que tu vida sea buena y feliz.

José Arregi
 
 
 

viernes, 29 de marzo de 2013

Viernes Santo

CRUCIFICADO CON LOS CRUCIFICADOS
 
 



 
 
                                  ANTE EL CRUCIFICADO    (JOSÉ ANTONIO PAGOLA)


 Detenido por las fuerzas de seguridad del Templo, Jesús no tiene ya duda alguna: el Padre no ha escuchado sus deseos de seguir viviendo; sus discípulos huyen buscando su propia seguridad. Está solo. Sus proyectos se desvanecen. Le espera la ejecución.

(...) Marcos recoge un grito dramático del crucificado: "¡Dios mío. Dios mío! ¿por qué me has abandonado?". Estas palabras pronunciadas en medio de la soledad y el abandono más total, son de una sinceridad abrumadora. Jesús siente que su Padre querido lo está abandonando. ¿Por qué? Jesús se queja de su silencio. ¿Dónde está? ¿Por qué se calla?

Este grito de Jesús, identificado con todas las víctimas de la historia, pidiendo a Dios alguna explicación a tanta injusticia, abandono y sufrimiento, queda en labios del crucificado reclamando una respuesta de Dios más allá de la muerte: Dios nuestro, ¿por qué nos abandonas? ¿no vas a responder nunca a los gritos y quejidos de los inocentes?

Lucas recoge una última palabra de Jesús. A pesar de su angustia mortal, Jesús mantiene hasta el final su confianza en el Padre. Sus palabras son ahora casi un susurro: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu". Nada ni nadie lo ha podido separar de él. El Padre ha estado animando con su espíritu toda su vida. Terminada su misión, Jesús lo deja todo en sus manos. El Padre romperá su silencio y lo resucitará.


 

lunes, 25 de marzo de 2013

Caminos a Jesús


Ha sido un intenso fin de semana desde el punto de vista espiritual. He participado cada día de un encuentro diferente, en ámbitos distintos, y por cada uno de ellos doy gracias a Dios.

  • El viernes, en el encuentro de Taizé, nos juntamos un día más unos cristianos que creemos en la unidad y en que podemos celebrar y orar juntos. Lo hicimos con una oración que nos preparó Elena, de la comunidad cristiana evangélica de Santutxu. Leímos el pasaje de Getsemaní y tras el silencio compartimos nuestra oración. El Señor nos sigue bendiciendo con nuevos hermanos, que se han unido este mes a nuestra oración.

  • El sábado compartí un via crucis intercultural. En cada estación, un grupo diferente preparó un paso de estación: grupos africanos, latinos,...todos fuimos haciendo el camino del Calvario con Jesús. Allí se oró y también se bailó y se cantó y la iglesia se llenó de colorido, de música y de alabanza. No os puedo describir la oración cantada del grupo africano, tan distinta a nuestros parámetros pero tan preciosa y llena.

  • El domingo asistimos a un bautismo de dos jóvenes en la Iglesia evangélica de Santutxu, un bautismo de inmersión, acabando con la Cena del Señor.

Tres encuentros distintos, con cristianos distintos, de razas distintas, incluso de confesiones diferentes y con formas de expresión, de oración y acentos distintos en la fe. Pero todos caminos a Jesús y al Dios de Jesús.

 
En cada comunidad cristiana sus miembros buscan la forma de ponerse en Su presencia, en un rango amplio que puede ir desde la contemplación monástica hasta la gestualidad carismática.
En el camino de Jesús pueden ir cambiando nuestras formas de expresión porque nos encontramos en puntos distintos del camino y porque nuestras necesidades son distintas.
Tuve años de abundante introspección y lectio divina y ahora, aun considerándola necesaria, he descubierto mi necesidad de la oración de adoración y alabanza, que me resitúa en claves de agradecimiento y no de petición.

Hace unos días asistí a una charla del sacerdote y teólogo Torres Queiruga, que, entre otras cosas, hablaba de la oración de petición. Os dejo un texto suyo sobre el tema (http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol51/202/202_Torres.pdf) que, a pesar de las críticas de la ortodoxia, nos hace madurar en la expresión de nuestra oración y en la visión que tenemos de Dios. Porque...dime cómo es tu oración y te diré cómo es el Dios en el que crees.



Nos llega la Pascua.
Hagamos silencio ante la cruz.

(Seguirá)


domingo, 24 de febrero de 2013

Nacer de nuevo

Empezamos pocos pero al final la capilla se llenó. Me acordaba de las oraciones en Taizé, sentados en el suelo, apretados, en silencio. Todavía no llegamos a eso pero vamos en camino.
Pena que nos distrajo algún móvil y los que se incorporaron tarde. Aprovechamos para pediros el esfuerzo de ser puntuales para no descentrar a los demás en los acomodos.
Pero respecto a lo fundamental muchos coincidieron que estuvieron "como en casa", que disfrutaron de la frescura del encuentro, del ambiente plural, de la fraternidad ecuménica y del mini-Taizé que allí vivimos.
La Palabra central fue la del diálogo con Nicodemo al que Jesús dice: "El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios....No te extrañes si te digo: Tenéis que nacer de nuevo. El Espíritu sopla donde quiere, y, aunque oyes su sonido, no sabes de dónde viene ni a dónde va".

Como le ocurrió a Nicodemo, quizá nos sentimos demasiado viejos como para poder nacer de nuevo. "¿Cómo puede nacer un hombre que ya es viejo?"
Hemos vivido tantas cuaresmas en las que nos hemos propuesto cambiar tantas veces...Y a veces parece que estamos en el mismo punto de partida.
Y sin embargo seguimos teniendo hambre de Dios. Nos sentimos insatisfechos y le buscamos y anhelamos su abrazo y quisiéramos que nos llenara el corazón de paz.
Pero, como Nicodemo, tenemos que aceptar que el Espíritu sopla donde quiere y que puede que no sea cuestión de aprender ("...sabemos que has venido de parte de Dios a enseñarnos...") sino de renacer. El Reino no es cuestión de conocimiento sino de vida.
Somos Nicodemos escepticos ante una promesa que supera nuestros cálculos. Nos quedamos anclados en la imposibilidad de nacer de nuevo y no vemos que ese nacimiento es "de arriba" y que no se trata sólo de esforzarse sino de recibir y de ser nacido del Espíritu. La iniciativa es de Dios y sólo podemos responder aceptándola.
Podemos renovar nuestros viejos odres si dejamos que el Espíritu de Dios sople en nosotros e insufle su aliento de Vida.

viernes, 25 de enero de 2013

Unidad en el espíritu de Taizé

La Casa Loyola nos invitó a realizar nuestro encuentro mensual en Arrupe Etxea, como una más de las citas que tienen lugar allí por parte de distintas confesiones. Aceptamos sin pensarlo y la participación no pudo ser mejor. Tuvimos que coger sillas de otras salas, algunos tuvieron que sentarse en el suelo, se imprimieron el doble de las fotocopias hechas, y, en resumen, allí no cabía un alfiler.
Esto, de entrada, abruma un poco, porque esperábamos poca gente y teníamos la idea de hacer algo muy familiar, en un pequeño círculo, de forma tranquila. Pero aquello realmente sobrepasó toda expectativa.
Sin embargo, he de decir que salimos todos encantados. No sé si lo que se preparó era lo que la gente esperaba y, como en todos los eventos en los que te ves sobrepasado, las cosas fueron mejorables, porque sabemos que no llegaron las fotocopias y los asientos para todos, muchos no tenía visión alguna de la cruz, velas, iconos,...que querían centrar la oración, la iluminación,...en fin, cosas que hubieran sido distintas si el grupo hubiese sido más pequeño. Pero creo que todos nos fuimos de allí con un nuevo sueño en el corazón, porque comprobamos de nuevo que es posible que la semilla de la unidad de los cristianos crezca y se vaya consolidando con ayuda de todos.

Tuvimos una primera parte audiovisual con un video resumen de la realidad de Taizé, la comunidad ecuménica que allí vive y la figura del Hno. Roger. Una segunda parte de oración al estilo de Taizé. Y un pequeño diálogo al final con intercambio de opiniones.

Pero sabemos que todo eso es secundario, porque lo único importante es que allí estaba Jesús, uniendo nuestras identidades, las copas de los árboles de cada comunidad cristiana, hablándonos al corazón, escuchando nuestros deseos, fundiéndonos en una oración común. Esa tarde rezamos juntos el Padre Nuestro y El seguro que bendecía nuestra unión.

Termino con las palabras del Hermano Alois de Taizé que leímos esa tarde:
"No podemos transmitir el mensaje de Cristo alrededor nuestro si no estamos unidos. Cuando los cristianos están separados su mensaje se hace inaudible. La comunión entre nosotros, los cristianos, puede hacer que la Palabra de Dios hable a los hombres de hoy".

Os dejo con una pequeña canción: "Todos uno" de Ixcis.



martes, 8 de enero de 2013

Desmontamos el Belén

Se acabó la Navidad. Y llega la hora de retirar los adornos de las calles y de las casas que han vestido este momento. También las figuras del Belén vuelven a su caja en silencio para hibernar hasta el año que viene.
Mientras recogía cada figura pensaba en lo que estos días han significado para todos. Y lo hacía  desde mi situación vital actual, que ha cambiado mi mirada.

Me acordaba de todos aquellos sentados o arrodillados en los laterales de nuestras calles, excluídos de la mesa de la sociedad y de nuestras mesas, mendigando unos céntimos para poder llevar algo a sus casas. Mientras, nosotros pasamos deprisa a su lado, sin apenas fijar nuestra mirada en ellos para no violentar nuestra conciencia.  No creemos que, fácilmente, podemos estar  un día en su situación, cuando nos falle la salud, el trabajo, la familia, los amigos...Tampoco lo esperaban los millones de personas que se han quedado sin empleo, o sin casa. Ni aquellos que ahora aceptan alimentos de las ONGs o los que buscan en los containers de los supermercados.
Paseaba el otro día por las calles y barrios céntricos de la ciudad y se iba apoderando de mí la tristeza por el contraste que veía al caminar. Gente con bolsas con regalos, gente con chamarra de guatiné, con probables trabajos bien pagados, charlando animadamente, riendo y bebiendo en la calle...y en los márgenes de las aceras personas de ojos tristes, sentados, solos,... esperando que en esas fechas alguien fuese más solidario. ¿Quién seguirá compartiendo algunas monedas ahora que ha acabado la Navidad?, pensarán ellos.

Pensaba en el tremendo escándalo que supone el hiperconsumo de estos días, sobre todo en regalos, mientras a otros no les llega para vivir. Nos cuentan que ha habido un aumento del 329% en el número de tablets vendidas respecto a la campaña del año pasado. Cada vez subimos más el nivel porque es más difícil saber qué regalar ya que a la mayoría de nosotros no nos falta de nada. Pero parece imprescindible comprar regalos, no importa el dinero. "Navidad es sólo una vez al año", nos decimos. "¿Para qué ahorrar si igual nos viene un corralito?". "Si yo puedo ¿por qué no me lo voy a poder gastar?". "Yo no puedo arreglar la pobreza del mundo. Para eso están los gobiernos".
Y sin embargo, en muchos hogares de nuestros barrios viven familias enteras con la irrisoria pensión del abuelo, o con los últimos meses del paro; con comida que les da Cáritas o el Banco de alimentos y con las prendas de Eco-ropa.

Me acordaba también de tantos ancianos en residencias que esperan que alguien les visite cada Navidad, que ni siquiera quieren regalos sino la presencia de aquellos por los que dieron su vida muchos años. Rostros surcados de arrugas, labrados con retazos de pura vida, de dolor, de lucha. Rostros ahora olvidados y sin embargo necesitados de una caricia. Vidas vulnerables, frágiles, que sólo tienen sus recuerdos y apenas les queda esperanza. ¿Quién se acordará de nosotros ahora que acaban estas fiestas típicamente familiares? se preguntaran ellos.

Desmontamos el Belén. Y José, María y Jesús, vuelven a la caja y al trastero, esperando al próximo año. ¿Quién se acordará de nosotros ahora que vuelve todo a la rutina? pensarán ellos.

Mientras guardo despacio cada figura pienso que han cumplido su función en silencio. Ellos desaparecen y no les importa, porque saben que Dios se ha quedado para siempre en nuestras vidas y especialmente en las de aquellos que viven en los pesebres de nuestros caminos.